Una parábola del amor y de la muerte

La Corrida de toros perteneciente a la Fundación Thyssen-Bornemisza forma parte de un conjunto de obras (dibujos, óleos y grabados) realizadas en su château de Boisgeloup a finales de julio y principios de agosto de 1934. A finales de ese mismo mes Picasso, acompañado de su mujer Olga y su hijo Pablo, estuvo en España y vio varias corridas de toros en San Sebastián, Burgos y Madrid; ya de regreso a Francia, a mediados de septiembre realizó diversos grabados de toros, entre ellos, cuatro con el tema del "Minotauro ciego guiado por una joven" que formarían parte de la suite Vollard. La violencia y el desencadenamiento de energía ciega que caracterizan a las obras de ese verano de 1934, centradas en la muerte del toro o en su encuentro - también mortal - con el caballo, se hallaban ya anunciadas en la Muerte de la mujer torero y Muerte del torero, pintadas también en Boisgeloup durante el verano anterior.

Este importante conjunto de obras pone de manifiesto la interpretación más profunda que Picasso realizó del mundo del toro, una interpretación que va más allá del puro choque, dolor o violencia física y que parece haberle llevado a considerar el rito de la corrida como una parábola del amor y de la muerte.

En la Corrida de toros del Museo Thyssen-Bornemisza, así como en otras obras presentes en la exposición, destaca la figura del caballo, principalmente su cabeza, erguida en el último estertor de la muerte; esta cabeza, que aparece ya en un dibujo de 1917, se sucede a través de multitud de escenas de estos años para culminar finalmente en el Guernica. También la descoyuntada imagen del toro, su inverosímil anatomía y, sobre todo, la extraña colocación de la cabeza, deriva de las experiencias pictóricas de los años veinte y apunta hacia el Guernica, tal y como pone de manifiesto el famoso grabado de la Minotauromaquia, una importante obra de este periodo, cedida para la ocasión por el Museo Picasso de Barcelona y con la que concluirá el recorrido de la exposición.

Además del citado museo, las obras que formarán parte de la muestra proceden de diversas instituciones y colecciones particulares, entre ellas destacan las obras prestadas por el Museo Picasso de París, la Galería Krugier de Ginebra, la Colección Philips de Washington y diversas colecciones particulares de Alemania.