La Virgen de la Humildad (detalle)
Fra Angelico
La Virgen de la Humildad, c. 1433-1435 (detalle)
Colección Thyssen-Bornemisza,
en depósito en el Museu Nacional
d'Art de Catalunya (MNAC)
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contextos de la colección permanente 18
Del 7 de marzo al 14 de mayo de 2006

entrada libre
Fra Angelico. La Virgen de la Humildad
imagen transparente
La exposición Contextos de la Colección Permanente 18 está dedicada al pintor italiano Fra Angelico y a su tabla La Virgen de la Humildad. Esta obra maestra forma parte, junto con otras sesenta y tres pinturas, de un depósito que el Museo Thyssen-Bornemisza tiene en el Museu Nacional d'Art de Catalunya, en Barcelona. En esta muestra, junto a La Virgen de la Humildad de Fra Angelico, podrán contemplarse doce temples procedentes tanto de las salas del Museo como del depósito hecho en Barcelona.
Fra Angelico, que se inició en las artes como miniaturista, nació cerca de Vicchio (Toscana) hacia 1395-1400. Su nombre antes de ingresar en la orden de los Dominicos fue Guido di Piero. Según parece, sus primeros trabajos como pintor pudo realizarlos entre 1415-1420, adquiriendo el artista cierto renombre en los círculos artísticos a mediados de la década siguiente. Guido di Piero se incorporó a la vida religiosa, donde fue conocido como Fra Giovanni, en una fecha que se ha fijado entre 1418 y 1421. Se le menciona por primera vez como fraile en San Domenico de Fiésole, en 1423. Entre sus obras tempranas se encuentra el altar con la Virgen y el Niño entronizados junto a los santos Tomás de Aquino, Bernabé, Domingo y Pedro Mártir, realizado para su convento. Sin embargo, su primera pintura documentada es el tabernáculo de los lineros (Museo de San Marcos, Florencia), encargado el 11 de julio de 1433, conjunto con el que se abre su periodo de madurez artística. Existe documentación que sitúa a Fra Angelico en agosto de 1441 en el convento de San Marcos, que en 1436 había sido encomendado a la orden donde profesaba. Además de los altares y tablas de carácter más íntimo a los que dio respuesta en su producción, Fra Angelico decoró las celdas y otras dependencias del edificio florentino con una serie de frescos en los que expuso, de forma clara y agradable, como buen predicador, la doctrina cristiana, instruyendo con ella a sus cofrades e incitándoles a la devoción. Entre 1447 y 1450 estuvo activo en Roma, en el Vaticano, donde desarrolló un ciclo con escenas de las vidas de san Esteban y san Lorenzo para una de sus capillas. Tras una estancia en Fiésole, regresó de nuevo a Roma donde murió el 18 de febrero de 1455.
Junto a La Virgen de la Humildad de Fra Angelico se han reunido doce tablas de la escuela italiana del Trecento y del Quattrocento de destacados pintores de los focos más importantes. Con estas imágenes, se analizan dos tipos de iconografía mariana de gran repercusión en la Historia del Arte, como son la Virgen de la Humildad y la Virgen con el Niño entronizados; a ellos se une un modelo de coronación, episodio con el que se cierra el ciclo de Glorificación de María.
La Virgen de la Humildad es el motivo no solo de la tabla de Fra Angelico [cat. 1] sino también de la del anónimo veneciano de hacia 1360 [cat. 10], de la obra de Cenni di Francesco di Ser Cenni [cat. 11] y de la del sienés Giovanni di Paolo [cat. 13]. La Virgen de la Humildad, una imagen de devoción donde los protagonistas se humanizan respecto a modelos anteriores, surge a finales del siglo XIII, extendiéndose por Italia durante el siglo XIV, y logrando una gran aceptación en ciudades como Siena. Desde Italia se exportó a otros países, entre ellos España, donde tuvo una amplia acogida especialmente en Cataluña. La Virgen de la Humildad se caracteriza por estar sentada en el suelo, encima de un cojín, y dar el pecho al Niño en algunas de sus representaciones [cats. 10 y 11]. Este tema, con fuertes dosis de intimidad, fue difundido y fomentado por órdenes de predicadores como la de los Dominicos, a la que perteneció Fra Angelico, la de los Agustinos o la de los Franciscanos.
Un antecedente próximo para el modelo de la Virgen de la Humildad se ha visto en las Natividades y en las Adoraciones, donde la Madre de Dios, instalada en el suelo sobre una especie de jergón, sostiene al Niño o lo atiende. Es el caso de las tablas de Pietro da Rimini [cat. 3], Taddeo Gaddi [cat. 5] y Luca di Tommè [cat. 9].
La Virgen y el Niño entronizados fue otro modelo que Italia transformó durante el Trecento y que popularizó con el nombre de Maestà. En él, María se presenta solemne ante sus fieles en el trono como la Madre de Dios, desplegando toda su grandiosidad y magnificencia. La Virgen, en estos casos, puede ir acompañada de ángeles, santos, apóstoles, patrones o bienaventurados, que, en su papel de intercesores, le rinden homenaje. Este modelo lo encontramos en la tabla del Maestro de la Magdalena [cat. 2], en la de Bartolomeo di Messer Bulgarino [cat. 7], en la de Niccolò di Tommaso [cat. 8] o en la delicada pintura de Lorenzo Monaco [cat. 12].
La exposición se cierra con dos obras: La Virgen con el Niño de Bernardo Daddi [cat. 4] y La Coronación del Maestro de 1355 [cat. 6], en la que se sigue un tipo difundido durante los siglos XIII y XIV, en el que Cristo, en presencia de ángeles músicos, coloca en la cabeza de su Madre la corona, como Reina de los Cielos.