No se trata, por tanto, de una exposición antológica más, sino que se pretende poner de manifiesto la extraordinaria amplitud y heterogeneidad de los componentes culturales que configuraron su estilo: su formación en la Creta veneciana de mediados del siglo XVI, donde coexistía la arraigada tradición bizantina con una primera asimilación del lenguaje pictórico occidental; su llegada a Italia entrando en contacto directo con las fuentes renacentistas pero en un momento de cambio y de crisis por la falta de referentes artísticos; y, por último, su establecimiento en España, concretamente en Toledo, en un ambiente singular, de gran riqueza cultural, pero cada vez más introvertido y alejado de las corrientes artísticas de su tiempo.

 Así pues, la exposición, cuyo comisario general es José Alvarez Lopera y que ha contado con un amplio comité científico (José Manuel Pita Andrade, María Constantoudaki-Kitromilidis, Fernando Marías, Nicos Hadjinicolau, Claudio Strinatti y Linolello Puppi), recoge conjuntos representativos de los tres periodos del artista: cretense, italiano y español, ofreciendo un panorama equilibrado de su evolución y de los componentes de su arte, y profundizando tanto sobre el problema de su identidad artística, como sobre las raíces de su transformación progresiva.