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Árbol

Otro de los grandes temas de la obra de Antonio López es el árbol, que desde La parra (1955) reaparece tantas veces en sus dibujos de membrilleros y otros frutales. El árbol es el reverso y el antídoto de la ciudad. Frente a los vastos paisajes urbanos, la intimidad del pequeño huerto. En contraste con la visión aérea y lejana, esta visión cercana, táctil, que palpa los contornos de las ramas, las hojas y las frutas.

Tras sus dibujos de interiores de los años sesenta, centrados en los planos de luz y sombra, hacia 1970, el artista regresa a un dibujo más tradicional, de puro contorno. En sus membrilleros, la sustancia material de las frutas, las hojas y las ramas se evapora, dejando sólo un residuo muy sutil, como una filigrana o una labor de encaje. El artista compara sus dibujos de árboles con mapas. Sus líneas forman una geografía fractal y laberíntica, un territorio de grietas y fisuras.

  • Membrillero
    Membrillero, 1961. Óleo sobre tabla. 49,5 x 50 cm. Colección privada. © Antonio López. VEGAP. Madrid, 2011.
  • Membrillero de poniente 3
    Membrillero de poniente 3, 1988. Lápiz sobre papel. 73 x 87 cm. Colección Azcona. © Antonio López. VEGAP. Madrid, 2011.
  • Membrillero
    Membrillero, 1992. Óleo sobre lienzo. 105 x 119,5 cm. Sevilla, Fundación Focus-Abengoa. © Antonio López. VEGAP. Madrid, 2011.
  • Calabazas
    Calabazas, 1994-1995. Lápiz sobre papel. 72,7 x 90,8 cm. Madrid, Colecciones I.C.O. © Antonio López. VEGAP. Madrid, 2011.