Volver a la home
Tras unos años de exilio en Francia, motivados por la guerra civil, Miró volvió a España en 1940, huyendo esta vez del conflicto mundial. La vuelta a su tierra, a Mont-roig, provocó en él un deseo de revisión y volvió a despertar sus dudas acerca de la idoneidad de la pintura de caballete. Cada vez más se reafirmó en el deseo de dar a la creación artística un destino público, la necesidad de “llegar al espíritu de los otros hombres” —son sus propias palabras— de un modo más eficaz que con la pintura de caballete. Esto le llevó a adentrarse en las disciplinas de la escultura y de la cerámica. La cerámica, a la que llegó de la mano de su amigo el ceramista Josep Llorens Artigas, fue especialmente importante para Miró, ya que implicaba la reinvención de técnicas ancestrales, vinculadas al dominio de la tierra y del fuego. Al mismo tiempo el trabajo en equipo con Llorens Artigas satisfacía su deseo de volver a una época mítica, anterior a la historia, en la que la creación artística era supuestamente anónima y colectiva.
Personaje doble











Mujer
Joan Miró
Mujer, 1946
(Femme)
Hueso, piedra de afilar, hierro y óleo sobre gres
54 x 23 x 19 cm
Fundació Joan Miró, Barcelona
Joan Miró
Personaje, pájaro, estrellas, febrero de 1942
(Personnage, oiseau, étoiles)
Pastel, acuarela y carboncillo sobre papel. 63 x 46,5 cm
Colección privada
Joan Miró–Josep Llorens Artigas
Personaje doble, 1956
(Personnage double)
Cerámica esmaltada. 44 x 43 x 24 cm
Colección privada