El arte de Cartier

Tiempo precioso, preciosos objetos

Desde que abrió sus puertas al público en 1853, la casa Cartier ha creado relojes de diversos tipos. En 1904, Louis Cartier regaló al aviador brasileño Alberto Santos-Dumont un reloj cuya esfera era visible mientras pilotaba su aeronave. Comercializado en 1911, el reloj de pulsera Santos [fig. 15] fue el primer reloj concebido para ser llevado únicamente en la muñeca. Los tres modelos siguientes conocerían el mismo éxito inmediato: los relojes de pulsera Tonneau en 1906, Tortue en 1912, y Tank en 1919.

Reloj de pulsera Santos



fig. 15. Reloj de pulsera Santos.

Propiedad
Cartier París, 1915

En 1900, cuando Louis Cartier visitó la Exposición Universal de París, quedó fascinado por el delicado esmalte guilloché de Fabergé. Desde entonces, las piezas en serie de Cartier incluían numerosos relojes de sobremesa de esmalte en color pastel, así como otros objetos de estilo ruso, como animales y flores esculpidos en piedras duras. Hasta finales de los años treinta, los relojes femeninos de joyería se hacían principalmente de platino y diamantes. Pero ya en la década siguiente, Cartier privilegió el trabajo del oro. Las pulseras de los relojes adoptaban la forma de cadenas, brazaletes o malla flexible.

Objetos únicos y simbólicos

Numerosos accesorios eran adornados con un monograma o un escudo a petición del cliente. En los años veinte y treinta, una moda muy elitista hizo asimismo que se mandara grabar un mensaje personal en el objeto escogido, dedicado a la persona a quien estuviera destinado [fig. 16].

Tarjeta de visita con sobre



fig. 16. Tarjeta de visita con sobre.

Propiedad
Cartier, pedido especial, hacia 1927

Muchas piezas excepcionales fueron encargadas a Cartier con ocasión de importantes eventos del mundo del arte, la literatura, la política, el deporte y la ciencia. Un ejemplo que se conserva en la Colección Cartier es la espada de académico de Jean Cocteau.

Relojes misteriosos

Los relojes misteriosos son fruto de la colaboración entre Louis Cartier y un relojero singular, Maurice Couët, proveedor exclusivo de Cartier de relojes de sobremes. Maurice Couët se inspiró en la invención del célebre ilusionista y relojero Jean-Eugène Robert-Houdin (1805-1871) para crear relojes cuyas agujas parecían flotar en una esfera completamente transparente, sin relación visible con el mecanismo que posibilita el movimiento, de ahí el adjetivo "misterioso" de su nombre. En 1912, crea el primer reloj misterioso de Cartier, bautizado simplemente Modelo A similar al de la Colección [fig. 17]. En 1920, se creó el modelo llamado "de eje central": los discos de las horas y de los minutos eran accionados sólo por un eje gracias a un sistema de transmisión extremadamente sofisticado, lo cual ofrecía a Cartier más libertad en sus propuestas estéticas. En 1923, por primera vez, el mecanismo se alojó en la parte superior del reloj Pórtico [fig. 18].

Reloj misterioso Modelo A Reloj misterioso Pórtico


fig. 17. Reloj misterioso Modelo A
Propiedad
Cartier París, 1914


fig. 18. Reloj misterioso Pórtico
Propiedad
Cartier París, 1923

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Imagen de la cabecera:
Vanity case Pantera (detalle) Cartier París, 1928


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